La ejecución del proceso de licitaciones de la obra de mayor calado del Gobierno de Enrique Peña comienza en la segunda mitad de 2015, para construir uno de los aeropuertos más grandes del mundo en la megalópolis de 20 millones de habitantes.
El proceso contempla 21 paquetes que permitirán recibir "propuestas de contratistas con experiencia probada que combinen la más avanzada tecnología con la mayor calidad y velocidad de ejecución posible", dijo Ruiz.
En septiembre comienza la licitación de la nivelación del terreno, y los paquetes de drenajes pluviales y sanitarios; la cimentación de la terminal y sistemas electrónicos se licita en noviembre, y al final del año, las pistas dos, tres y seis, la torre de control y el centro de control, en diciembre.
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A lo largo de 2016, se pondrán en la marcha las licitaciones para obras de infraestructura principal, el edificio terminal, la terminal de combustibles, la plataforma de embarques y líneas de distribución de combustible, en junio; y finalmente los sistemas de ayuda a la navegación, el túnel central-servicios y ayuda audiovisuales.
En total, la nueva terminal aérea requiere de una inversión de 120.000 millones de pesos (unos 7.500 millones de dólares), para aliviar la congestión del aeropuerto capitalino y atender a 120 millones de pasajeros al año en un plazo de 50 años.
El británico Lord Norman Foster, 78 años ganador del premio Pritzker, el más prestigioso de la arquitectura mundial, ha sido elegido como el diseñador de la obra con un estilo futurista como el de Hong Kong, donde se creó una isla, Pekín, el más grande del mundo; y con un estilo "épicos".
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Inspirado en el águila y la serpiente que se posa sobre un cactus, emblema mexicano, no tendrá un techo convencional ni paredes verticales ni columnas tradicionales, y contará con un museo arqueológico prehispánico.
La primera etapa de tres pistas para transportar a más de 50 millones de personas, podría estar construida en cuatro años, y la segunda fase de largo plazo contará con un total de seis pistas para atender a 120 millones de pasajeros anuales, cuatro veces el actual.
Los responsables estiman que en todo el proceso de construcción se empleará directa o indirectamente a más de 160.000 personas.
