La autora del libro "Radiografía de la Corrupción", investigadora del prestigioso Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) criticó que, a pesar de que México ha triplicado el presupuesto destinado a combatir el abuso del poder público para el beneficio privado, "la corrupción sigue aumentando porque los esfuerzos se quedan siempre en el paso legislativo".
Los escándalos por conflicto de intereses de los funcionarios con contratistas del Gobierno, el tráfico de influencias, el peculado, el enriquecimiento ilícito son formas de la corrupción que el Gobierno no combate porque existe "tolerancia social y la permisividad gubernamental que no encuentra beneficios en combatirlos", dice la autora, quien ha dirigido la División de Estudios Políticos del CIDE.
Lea más: Presidente de México pide investigar si hubo conflicto de interés en compra de sus casas
En México, "la corrupción alcanza el nivel de norma social, de creencia compartida de que usar el cargo público para beneficiarse a sí mismo, a los familiares o a los amigos es un comportamiento generalizado, esperado y tolerado", señala.
Para la opinión pública mexicana, la responsabilidad de la corrupción en México sólo la tienen los políticos y los empresarios, mientras que los ciudadanos sólo se piensan víctimas de ella: "el 76% piensa que sus familiares no son corruptos y el 70% que sus vecinos también son inmunes a esa conducta."
El compendio de los principales indicadores sobre la corrupción en México explica las causas del relegado lugar que ocupa México en los índices internacionales de transparencia y los "magros resultados" obtenidos por las políticas aplicadas que no siguen los principios de sus distintas fases: "prevención, denuncia, investigación, persecución y sanción del delito".
Senadores de todos los partidos escucharon y coincidieron en que la corrupción es "la fuente de los principales problemas de la sociedad mexicana, tiene graves consecuencias sobre el crecimiento económico y el desarrollo, merma la posibilidad de invertir en servicios públicos y sobre todo, limita el bienestar de los mexicanos", dijo la senadora Cristina Díaz Salazar, del Partido Revolucionario Institucional (PRI, gobernante).
El senador Alejandro Encinas del Partido de la Revolución Democrática (PRD; centroizquierda), replicó que "la corrupción es un problema multifactorial, ya que se ha creado una cultura institucional y social que permite tolerar estas prácticas en la vida cotidiana de los mexicanos".
Finalmente, la senadora, Angélica Rojas Hernández del Partido Acción nacional (PAN, centroderecha) dijo que, a pesar de que México es parte de varios convenios internacionales en materia de corrupción, "su ratificación no ha ayudado a combatirla, aun cuando hay compromisos claramente definidos, no se asume como un asunto de sobrevivencia nacional".