Así, la inflación se mantuvo por debajo del 0,6% de abril y también fue inferior al 0,3% del mismo mes del año pasado.
Con el aumento de 0,2%, el IPC anual se ubicó en 4%, acercándose al límite superior del rango meta definido por el Banco Central, que está fijado entre 2% y 4%.
Ese rango meta, que propuso el Banco Central en la década de 1990 "es levemente superior de aquél de los países desarrollados que están menos afectos a fluctuaciones de actividad por las condiciones económicas externas", dijo a Sputnik Nóvosti el economista y académico de la Pontificia Universidad Católica, Rolf Lüders.
"Como hace décadas que el país ha tenido sus tasas de inflación dentro de los rangos de su política, existe gran confianza de que así siga sucediendo, es decir, el Banco Central ha logrado controlar totalmente las expectativas inflacionarias de los agentes, a tal punto que éstas en genera, en el horizonte de dos años, se mantienen ancladas en 3 por ciento, el punto medio del rango meta", indicó.
Si bien la inflación chilena registra guarismos muy bajos, los rubros con mayor crecimiento fueron furtas y verduras frescas, que acumularon una suba de 12% en el último año, mientras los alimentos y las bebidas no alcohólicas alcanzaron una variación anualizada de 7,7%.
Lüders señaló que "la composición de las variaciones de precio es bastante variable, y hasta hace poco tiempo estuvieron muy influenciadas por los aumentos de precios de ciertos alimentos, cuya producción se vio muy afectada por una helada y luego por la sequía".
Con relación al costo de vida comparado entre países, "Chile no es barato en comparación a sus vecinos, si es que eso se juzga como turista", indicó el economista.
"La explicación reside por una parte en que el país ha estado recibiendo significativos influjos de capital, lo que aprecia la moneda, y por otra parte los salarios, que explican una parte importante de los servicios turísticos, han aumentado en Chile en línea con su reciente y relativamente alta tasa de crecimiento económico", añadió.