"Sobre Venezuela, el presidente Vázquez y yo coincidimos que su Gobierno legítimo y oposición deben buscar soluciones pacíficas y democráticas en el marco constitucional del país", explicó Rousseff tras su encuentro privado con el presidente uruguayo en el Palacio de Planalto, en un claro mensaje de apoyo al Ejecutivo de Nicolás Maduro.
Añadió que pese a los avances, "no podemos acomodarnos con la situación" y concluyó que "Mercosur es un ambicioso proceso de integración de toda la región" y "un patrimonio de todos los latinoamericanos".
El discurso de Rousseff ha sido interpretado como una reaproximación al Gobierno de Maduro tras los comunicados previos a la Cumbre de las Américas de abril emitidos por el Palacio de Itamaraty, sede de Exteriores de Brasil, en los que parecía registrarse cierto distanciamiento con el Gobierno venezolano a raíz de la "enorme preocupación" expresada por Rousseff sobre las detenciones de los opositores Antonio Ledezma y Leopoldo López.
En el mismo, ambas mujeres solicitaron a Brasil que "observase de manera imparcial y junto a expertos internacionales el cumplimiento de las leyes en las próximas elecciones parlamentarias en Venezuela", un pedido neutral al Gobierno de Rousseff que fue aprovechado por el senador del PSDB, Cassio Cunha Lima, para declarar que lamentaba "las excusas de la presidenta Dilma Rousseff y del Partido de los Trabajadores por no recibir a estas mujeres y madres en el Día de la Madre".