Los estudiantes lanzaron cócteles molotov a la sede gubernamental, en su protesta para exigir un centenar de puestos de trabajo, la suspensión de exámenes en su postulación a las plazas para los egresados de las escuelas normales de maestros.
En la protesta, donde no se registraron víctimas ni detenidos, los ventanales del edificio fueron destruidos a pedradas y la papelería oficial fue incendiada en la calle, de acuerdo a reportes e imágenes de la televisión local.
Hace dos meses, maestros disidentes del sindicato nacional, provenientes de los estados de Guerrero, Oaxaca y Michoacán, ocuparon durante varios días la principal arteria de la Ciudad de México, la Avenida Reforma, y lograron algunos acuerdos relacionados con los puestos de trabajo que ahora son reclamados.
La combativa disidencia magisterial del sindicato nacional de trabajadores de la educación, el más grande de América Latina, tiene gran influencia en esos estados del sur de México, habitados por un alto índice de población de comunidades indígenas localizadas en las zonas más empobrecidas del país.
El domingo, al cumplirse siete meses de un masacre de estudiantes de magisterio rural de Ayotzinapa –de la cual reclaman 43 desaparecidos-, cinco vehículos comerciales fueron incendiados frente al Congreso de Guerrero, y el viernes fue realizada una quema masiva de propaganda de un partido político, en una campaña por boicotear los comicios federales de junio, para elegir gobernadores, diputados o alcaldes.