La expectativa de inflación para 2015 pasó del 7,93% al 8,15% en la última semana, mientras que la previsión de 2016 apenas pasó del 5,60% al 5,61%, unos niveles todavía elevados, pero dentro de los considerados aceptables por el organismo, que fija el límite teórico aceptable para Brasil en el 6,5%.
Hace una semana, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) señaló una subida del Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) del 1,24% en el mes de marzo, un aumento drástico teniendo en cuenta el 0,73% que registró el mismo mes en 2014.
Entre los motivos señalados por el Banco Central se encuentra el alto valor del dólar, el aumento en los impuestos de la electricidad, agua y combustibles, así como el aumento de las tarifas de transporte público en todo el país.
En cuanto al crecimiento económico del Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil, la posibilidad de una recesión en 2015 se acrecienta, y se establece un crecimiento negativo del 0,83% frente al 0,78% de la semana anterior.
La expectativa es que los ajustes económicos presentados la semana pasada por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ante el Congreso Nacional permitan atajar los problemas inflacionarios y de crecimiento de Brasil en 2015.