"No me dejaré humillar. Es eso lo que hace más frágil la relación con los partidos, que quieren seguir igual", dijo Gomes a los periodistas tras renunciar a su cargo en una crítica directa a los aliados del gobierno del PMDB, a los cuales acusó de enfrentarse a la presidenta Rousseff por las pretensiones de esta de extirpar la corrupción del Ejecutivo.
En realidad, la dimisión de Gomes puso de manifiesto un problema de gran calado en la alianza de gobierno entre el PMDB y el Partido de los Trabajadores (PT): cualquier acusación de la presidenta o los ministros a miembros del PMDB causará una total ruptura de la alianza dejando al PT en minoría en el Congreso. Un pulso que, de momento, ha ganado el PMDB con creces.
"Lo que Dilma está haciendo es exactamente limpiar el gobierno de la corrupción que ocurrió en el pasado. Es por eso que vivimos una crisis", explicó Gomes quien aprovechó para atacar al Congreso Nacional como foco de todos los males de la corrupción.
"Es lamentable la composición del Congreso y su forma de relacionarse con el poder. Se ha convertido en un antipoder que apuesta en la idea de que cuanto peor sea la situación mejor para ellos", criticó el exministro que concluyó su desahogo con un sentido "lo lamento por la educación de Brasil".
A partir de este jueves, el puesto del Ministerio de Educación será ocupado por el secretario general de Educación, Luiz Cláudio Costa, hasta la designación de un nuevo titular por la presidenta Dilma Rousseff, una circunstancia que podría finalizar con el nombramiento de un nuevo ministro del PMDB en el equipo de la presidenta.