En diciembre de 2014, cuando Rousseff acabó de ser reelegida para su segundo mandato y preparaba su gobierno, la aprobación de la presidenta era del 42%, y el rechazo, del 24%.
Se trata por lo tanto del índice más bajo de aprobación de un presidente de Brasil desde que en septiembre de 1992 Fernando Collor de Mello alcanzó un rechazo del 68%, además del peor dato del Partido de los Trabajadores(PT), ya que el expresidente Lula da Silva jamás superó el 28% en el índice de rechazo.
Por último, la nota media del gobierno de Rousseff se fijó en un 3,7, es decir, un suspenso frente al 4,8 que venía arrastrando como nota media en las encuestas desde febrero de 2011.
Los expertos creen que el caso Petrobras ha hecho mella en la popularidad de la presidenta brasileña.