Battisti fue detenido después de que una juez dictaminara su deportación hace diez días al considerar nulo el visado de permanencia que le otorgó el Gobierno en 2010.
El abogado de Battisti, Igor Sant'Anna Tamasauskas, aseguró que la liberación fue ejecutada porque "el presidente del Tribunal Regional Federal comprendió que la decisión de la juez (de pedir la deportación) estaba subvirtiendo la orden jurídica, en la medida en que estaba pasando por encima de la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) de la presidencia de la República cuando determinó la permanencia".
La legislación brasileña, defendió el Ministerio Público para sostener el pedido de deportación, no permite conceder un visado de trabajo a un extranjero condenado en otro país, tal y como hizo Lula en 2010.
Battisti fue condenado en Italia a cadena perpetua por homicidio cuando formaba parte del grupo armado Proletarios Armados por el Comunismo.
En 2004, huyó a Brasil y estuvo preso en 2007, Italia pidió entonces la extradición y aunque el Supremo Federal estaba de acuerdo, el presidente de la República por entonces, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró a Battisti un perseguido político y negó la extradición.
Para la juez Adverci Rates Mendes de Abreu, el consejo de inmigración vulneró la ley al conceder la permanencia a Battisti, acusado de dos asesinatos y de ser cómplice de otros dos en Italia.
La juez quiso dejar clara la diferencia entre deportación, mediante la cual se envía al extranjero a su país de procedencia por situación irregular, y extradición, determinada para permitir el cumplimiento de una pena, que es lo que en su día solicitó Italia.
