"Basta con mirar a Venezuela", dijo Videgaray, aludiendo al cuadro de inflación de casi el 70% y contracción de —4% que padece la economía venezolana, en una entrevista con el diario británico Financial Times, publicada en México por acuerdo con el diario Milenio.
Ante la caída de los precios del crudo –de donde proviene la tercera parte del presupuesto federal– y a pesar de ser un año electoral para renovar el Congreso, México eligió un drástico recorte de 8.300 millones de dólares del gasto público, antes que un endeudamiento o un déficit fiscal federal.
Videgaray es el arquitecto de un ambicioso programa de reformas estructurales, encabezadas por la apertura de la industria petrolera a la inversión privada por primera vez en 76 años, pero "no servirá de mucho si el Gobierno del presidente Enrique Peña, teñido de escándalos, fracasa en la reconstrucción de la destruida confianza pública", indica el diario especializado.
"No solo se trata de reformar, reformar, reformar (…) Necesitamos abordar lo que realmente importa a la sociedad mexicana, que es no solo la corrupción y la transparencia. Va más lejos: tiene que ver con la confianza", dijo el encargado de las finanzas públicas mexicanas.
"Podríamos llevar a cabo diez reformas energéticas, pero si no le sumamos la confianza, no abarcaremos todo el potencial de la economía mexicana", respondió el responsable del gabinete económico de la segunda economía latinoamericana, después de Brasil.
A pesar de que México ha escapado de la recesión gracias a una economía fuertemente articulada a su vecino EEUU en materia comercial, el crecimiento de México se ha atorado en un rango mediocre de 2,2 a 2,4 por ciento durante tres décadas.
"Una expansión económica más sostenida requiere instituciones creíbles, justicia y transparencia", dijo Videgaray.
El diario londinense señala que "no es claro si todo el Gobierno de Peña Nieto está igual de comprometido en la necesidad de darle prioridad al imperio de la ley", para combatir la corrupción.
Cuando el FT le preguntó si todo el gabinete y el propio presidente compartían su visión, Videgaray respondió con un tibio: "Creo que sí".
Videgaray y el presiente Peña han estado en el centro de la protestas por la compra de casas a un prominente contratista del Gobierno, lo que ha desatado acusaciones de amiguismo y favoritismo.
El diagnóstico de Videgaray –comenta el diario financiero– "implica un cambio relevante en el énfasis de un Gobierno que se ha visto muy lento al darse cuenta de que el sentimiento del pueblo se ha puesto en su contra" y Peña se ha convertido en el presidente más impopular en 20 años según los sondeos.
La corrupción ha sido tolerada por mucho tiempo en la política del país petrolero, pero "la paciencia de la sociedad parece haberse reventado al tiempo en que los escándalos se han multiplicado".
"Necesitamos hacernos responsables por lo que hemos hecho y asumir nuestros retos", dijo Videgaray, que reconoció que el país latinoamericano requiere políticas consistentes más que "discursos bonitos".
