La recaudación hidrológica de las presas Amistad, ubicada en los límites entre los estados de Coahuila y Texas, y Falcón, que se entre los municipios de Nueva Ciudad Guerrero, Tamaulipas, y el condado de Starr, Texas, no presentaban estos niveles desde el periodo 2000-2003, cuando los bajos niveles de almacenamiento persistieron ante una grave sequía.
La directora de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Blanca Jiménez Cisneros, comentó en entrevista con Milenio que las autoridades mexicanas tienen la intención de pagar el agua a Estados Unidos con el recurso almacenado en las presas internacionales y sin el apoyo del estado de Chihuahua, donde agricultores locales se han opuesto a ceder el líquido ante la posibilidad de afectar su producción lo que llevó a protestas masivas e, incluso, una víctima mortal.
De no cumplirse con la entrega, contemplada en el Tratado Internacional de Aguas de 1944 suscrito entre México y Estados Unidos, existe el riesgo de que se busque una renegociación. Según Jiménez, en ese escenario Washington tendría derecho de pedir el agua que entrega del río Colorado —1.850 millones de metros cúbicos anuales— al estado de Baja California, así como la entrega de las aguas subterráneas en esa región.
En el quinquenio anterior (de 2011 a 2015), México cerró con una deuda de 325 millones de metros cúbicos de agua, debido a que el recurso no pudo extraerse del estado de Chihuahua. Aunque el país latinoamericano cubrió esa deuda en 2016, en 2017 volvió a retrasarse, por lo que Conagua propuso pagar el saldo pendiente en diciembre de 2019, pero el conflicto con los agricultores de Chihuahua retrasó de nueva cuenta la entrega.