"Estos eran unos escenarios casi olvidados y se han rescatado para el cine, aunque sea con películas viejas", dice a Sputnik, Humberto Cadavid, un vendedor de golosinas en la entrada de El Coyote, uno de los tres autocinemas que se han habilitado en la capital mexicana para los amantes del séptimo arte.
Cinemex, una de las cadenas más grandes de exhibición de películas en Latinoamérica, anunció un reciente acuerdo con la Arena México para utilizar como autocinema su sede en una zona céntrica de la capital, con capacidad para varios cientos de automóviles.
"Aquí las películas son un poco viejitas, pero siempre viene gente", cuenta Cadavid mientras en la pantalla de El Coyote, autocine ubicado en la calle del Lago Zurich en el exclusivo barrio de Polanco, se proyecta una vieja copia de la película de los años ochenta: Footloose.
Palomitas de maíz con cubrebocas
Mientras la luz de un potente proyector lleva la historia a una pantalla gigante, en los autos las parejas y hasta familias enteras consumen sus palomitas de maíz, eso sí, con la obligación de usar cubrebocas y tomarse la temperatura al ingresar con el vehículo.
Desde hace un mes, el Foro Pegaso en Toluca, una ciudad vecina a la megalópolis, capital del Estado de México que la rodea, ha iniciado la programación de conciertos de bandas de música pop y alternativa.
En el predio, que cuenta con más de 12 hectáreas, los organizadores acomodan cada semana entre 500 y 800 autos, según la demanda.
"Estamos marcando la pauta de una manera innovadora de la industria del entretenimiento con sana distancia", publica la cuenta oficial en Twitter del Foro Pegaso.
Viejas bandas de música, como el Tri, de Alex Lora, o Moderatto, ya se han estrenado en el escenario adaptado en Toluca, cantando directamente bajo la luz de la luna, mientras algunos de sus seguidores prendían y apagaban las luces o sonaban sus bocinas para hacerles sentir su respaldo.
COVID hasta el 2045
"¡Tomen nota malditos pecadores!", gritó uno de los integrantes de la banda Moderatto, al comenzar su concierto en el Foro Pegaso a comienzos de agosto.
No todo salió a pedir de boca, pues pese a las recomendaciones de los organizadores para que los espectadores permanecieran dentro de sus autos, varios centenares de seguidores de la banda se concentraron a bailar, cantar y gritar cerca del escenario.
"Por gente así va a haber covid hasta el 2045", comentaron en su cuenta de Twitter los responsables de Waldorf Agency, empresa encargada de fabricar "souvenires" que son vendidos a las salidas de los conciertos en México.
Mientras los grandes escenarios tradicionales para las presentaciones masivas, como el Foro Sol, el Auditorio Nacional o el Palacio de Bellas Artes permanecen inactivos ante la prohibición de grandes aglomeraciones, los autocinemas y los autoconciertos se han convertido en un paliativo para disminuir la tensión de la propagación de la enfermedad.
Ayuden al musico
Además del público, son los artistas los otros beneficiados de estas iniciativas.
A pesar del auge de los conciertos virtuales por internet, sus ingresos se habían visto reducidos notablemente ante la cancelación de presentaciones en cientos de salas en vivo en la capital mexicana.
"Tenemos que ayudar porque los que más están sufriendo son los espectáculos en vivo, necesitamos que la gente se sume para ayudarlos en un esfuerzo solidario", dijo Padilla en una conferencia de prensa.
En aquella ocasión anunció una campaña para entregar auxilios económicos de unos 220 dólares a las familias de 2.000 artistas.
A la iniciativa se sumaron varias empresas disqueras, la aplicación Spotify, empresarios y hasta artistas como Rio Roma y el cantante de música popular Alejandro Fernández, que donaron parte de sus regalías por canciones recientes para colaborar con sus colegas.
El cine y la música en vivo tratan en México de encontrar nuevas maneras de llegar a su público.
