Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Cárdenas Palomino y Pequeño García "permitieron al cártel de Sinaloa operar con impunidad en México" durante años.
La acusación, presentada ante la corte federal del distrito este de Nueva York, asevera que los colaboradores de García Luna recibieron millones de dólares en sobornos por parte del cártel de Sinaloa a cambio de proporcionarles protección para el tráfico de droga y actividades de trata de personas.
García Luna fue arrestado en diciembre de 2019 y actualmente permanece en una cárcel en Nueva York a la espera de ser juzgado por delitos de asociación delictiva para el tráfico de cocaína y de falso testimonio.
Las imputaciones contra Cárdenas Palomino y Pequeño García forman parte de una acusación ampliada presentada contra del propio García Luna, quien a partir del 30 de julio también ha sido imputado por participar en una empresa criminal. Los excolaboradores de García Luna se encuentran en libertad, destacó el Departamento de Justicia.
Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García sirvieron como altos mandos de la policía en México durante tres sexenios. Sin embargo, durante la gestión de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), escalaron posiciones hasta tener a su cargo operativos clave contra el crimen organizado y la vigilancia de instalaciones estratégicas, carreteras y aeropuertos.
Por su parte, Cárdenas Palomino fue acusado en 2010 por Sergio Villarreal, El Grande, asociado al cártel Beltrán Leyva, de filtrar información a su organización, así como de recibir sobornos de Guzmán. García Luna indicó que los señalamientos eran falsos y solo buscaban desprestigiar su labor.
Actualmente, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) mantiene congeladas algunas cuentas asociadas a Cárdenas Palomino por operaciones sospechosas. Incluso ya fue denunciado ante la Fiscalía General de la República (FGR) por lavado de dinero.