A medida que las protestas contra la injusticia racial se extendieron por todo el país norteamericano —incluido Misisipi—, los empresarios, el sector educativo, voces de la iglesia y del mundo del deporte empezaron a manifestarse enérgicamente contra la actual bandera del estado. Todos ellos han urgido a los legisladores a abandonar el símbolo estatal de 126 años y adoptar otro que refleje mejor la diversidad de Misisipi, donde los afroamericanos constituyen el 38% de la población.
Está previsto que el 28 de junio los legisladores del estado voten sobre la bandera actual. Posteriormente, la idea es que una comisión diseñe una nueva que no incluya el emblema de los Estados Confederados de América y en la que figure la frase en Dios confiamos. Un día antes la Cámara de Representantes y el Senado de Misisipi, que siempre había estado vinculado a la tradición, se reunieron para avanzar en este proceso: con dos tercios de los votos a favor, suspendieron los plazos legislativos para que se pudiera presentar un proyecto de ley que impulsase el cambio.
Su diseño fue aprobado por los supremacistas blancos en 1894 durante la respuesta negativa al poder político que los afroamericanos tuvieron después de la Guerra Civil. En el 2000 la Corte Suprema de Misisipi decretó que la bandera carecía del estatus oficial. Por ello, los legisladores convocaron una votación en 2001 en la que los votantes decidieron mantener el diseño.
Blake Hinson, exjugador de baloncesto del equipo Ole Miss, confesó al diario local Daytona Beach News-Journal que la bandera desempeñó cierto papel a la hora de decidir mudarse a otro estado: Iowa.
"Era hora de irse y dejar a Ole Miss. Estoy orgulloso de no representar más esa bandera y de no estar asociado con nada que represente a la Confederación", señaló.
A su vez, el gobernador republicano Tate Reeves y muchos otros políticos han enfatizado que la gente debería votar sobre el diseño de una bandera en las elecciones que se celebrarán a la vez con las presidenciales. Será solo una opción del nuevo diseño a elegir. Si una mayoría lo acepta, se convertirá en la bandera del estado y, si lo rechaza, la comisión desarrollará otra.