"Pido a las autoridades a todos los niveles que se aseguren de que el mensaje se entienda claramente: los periodistas deben poder realizar su importante trabajo sin ataques ni represión", indicó Bachelet en un comunicado.
Las protestas pacíficas estallaron en todo Estados Unidos después de que un hombre afroestadounidense, George Floyd, muriera bajo custodia policial en Minneapolis, Minnesota, el 25 de mayo.
Sin embargo, muchas de las protestas se convirtieron en disturbios completos con violencia contra la Policía y los civiles, así como actos de vandalismo, incendio provocado y saqueos.
El domingo 31 de mayo, la Embajada rusa en Estados Unidos envió una nota de protesta al Departamento de Estado de Estados Unidos luego de que un oficial de Policía de Minneapolis roció con pimienta el reportero de RIA Novosti Mijaíl Turguíev en la cara.
Turguíev fue atacado junto con un equipo de la revista VICE después de que terminaron las protestas y todos los periodistas se identificaron como miembros de los medios sin resistirse a la Policía.
El lunes 1 de junio, durante la represión de las fuerzas policiales fue herida la corresponsal de radio de Sputnik, Nicole Roussell, pese a que estaba identificada como periodista y llevaba consigo su credencial de prensa.