En particular, la compañía informó en un comunicado de prensa que debe despedir a 2.800 empleados debido a que Boeing detuvo la producción del modelo 737 MAX. Otro factor que contribuyó a esta decisión es la incertidumbre que rodea a la recertificación de la aeronave y los nuevos problemas técnicos que fueron revelados recientemente.
La reducción del personal afectará a las instalaciones de la compañía en la ciudad de Wichita (Kansas) y unas medidas similares, aunque a menor escala, podrían tomarse en las instalaciones ubicadas en Oklahoma. Según se explica en el comunicado de prensa, unas medidas tan drásticas son necesarias porque más del 50% de las ganancias de la compañía provenían de la fabricación de los elementos del Boeing 737 MAX.