"El 83,1% de los fallecimientos ocurrieron antes del parto, 15,5% durante el parto y 1,4% no fue especificado", dice el reporte oficial basado en información de las características del embarazo, del parto o aborto, de la muerte fetal, del feto o producto y de la madre.
En mayo pasado se registró el mayor número de muertes de fetos, con un total de 1.931 casos que representa el 9,1% del total anual.
Un 5,1% de mujeres mexicanas que tuvieron un embarazo "que derivó en la muerte del producto" habla lenguas indígenas, mientras que los 68 pueblos indígenas del país suman 11 millones de habitantes, el 10% del total de la población del país.
Las mujeres de 23 años son las que presentaron la mayor frecuencia de embarazos con "complicaciones que terminaron en la muerte del producto".
La llamada "Estadística de Defunciones Fetales 2018" ofrece información de las características del embarazo, del parto o aborto, de la muerte fetal, del feto o producto y de la madre.
La secretaría de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social atendieron el 71% de las defunciones fetales, las unidades médicas privadas registraron el 13%.
El 85% de mujeres sí recibió atención prenatal, en tanto que 11% no la tuvo.
El 68% de mujeres que durante 2018 tuvo un embarazo que terminó con la "muerte del producto" no trabaja, mientras que el 27% trabaja, y el 5% no lo especificó.
Las "muertes fetales tardías", de 28 y más semanas de gestación, representaron el mayor número de casos con 8.370, que es casi 40% seguida de las precoces (de 12 a 19 semanas) con 5.345 (25.2%) y las intermedias (de 20 a 27 semanas) con 7.471 (35%).
El pasado 25 de septiembre, el pleno del Congreso de Oaxaca aprobó un dictamen para legalizar el aborto por cualquier causa durante las primeras 12 semanas de gestación, con lo cual ese estado del sur de México se convierte en la segunda de las 32 entidades federales en autorizarlo, después de la capital, que lo despenalizó en 2007.