"La CIDH condena enérgicamente los tiroteos que tuvieron lugar recientemente (...) Los crímenes de odio o discursos fundamentados en doctrinas de superioridad basadas en diferencias sociales y humanas son moral y legalmente condenables", dice el comunicado.
La masacre del 3 de agosto en la ciudad fronteriza de El Paso (sur) es "muy preocupante", ya que, según los medios, el atacante habría escrito un manifiesto dirigido contra los inmigrantes y la población hispana de Estados Unidos, observó la CIDH.
"Este hecho es deleznable" pues "se trataría de una acción dirigida contra una población debido a su origen, en medio de un debate sobre migración en Estados Unidos", dice la declaración.
La CIDH observó que las autoridades deben abstenerse de hacer discursos que puedan incitar a la violencia y reiteró que Estados debe implementar medidas para proteger y garantizar los derechos a la igualdad y no discriminación.
"Estas últimas tragedias vuelven a llamar la atención sobre la urgente necesidad de adoptar medidas que constituyan políticas efectivas de control de armas, junto con otras que apunten a prevenir el discurso de odio en Estados Unidos", reflexionó la CIDH en su declaración.
Un tiroteo perpetrado por un hombre de 21 años en una tienda Walmart en El Paso (Texas) dejó al menos 22 muertos, entre ellos ocho mexicanos, y 26 heridos.
El sospechoso fue detenido por la policía.
Al día siguiente, otro hombre joven abrió fuego en el centro de Dayton, en el estado de Ohio (noreste), matando a nueve personas e hiriendo a otras 27 antes de ser abatido por la policía.
Más de 700.000 de los 840.000 habitantes de El Paso registrados en julio de este año son hispanos, casi todos mexicanos, lo cual constituye 83% de la población.