El abogado de la defensa, Jay Connell, reveló la información para mostrar su oposición a los planes de utilizar las supuestas cintas como prueba en el juicio contra los acusados y en el que se solicita la pena de muerte.
Según The New York Times, citando al abogado, el 30 de septiembre de 2016 los fiscales proporcionaron a los abogados defensores el audio y las transcripciones de su traducción, e indicaron su intención de utilizarlas en el juicio.
Connell, que actualmente representa al sobrino de Mohammed, Ammar Baluchi, afirmó que los fiscales habían obtenido en secreto un fallo en agosto de 2018 del coronel Pohl por el que se prohibía a los abogados defensores averiguar cómo se habían obtenido las llamadas o investigar el asunto. Según el rotativo estadounidense, las llamadas telefónicas en al menos dos idiomas se realizaron entre abril y octubre de 2001.
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Connell argumentó que esas restricciones violan la Sexta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos y, por tanto, el derecho del acusado a impugnar las pruebas utilizadas en su contra en un juicio. También sostuvo en el tribunal el 25 de marzo que o bien las cintas debían ser eliminadas de la causa o bien el caso debía ser desestimado.
También se les permitirá interrogar a un analista del FBI que decodificó las llamadas telefónicas, pero nunca investigar "cómo obtuvo el Gobierno de Estados Unidos esas llamadas", señalan los fiscales.
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Khalid Sheikh Mohammed, un militante islamista pakistaní que presuntamente se jactó en 2007 de ser "el responsable de la operación del 11S de la A a la Z", está acusado de haber propuesto llevar a cabo ataques contra Estados Unidos al entonces líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en 1996. El 11S fue el peor ataque en la historia de Estados Unidos y se cobró la vida de unas 3.000 personas.