"Esta historia no está completa sin reconocer el papel central que Cuba y Rusia han jugado y que continúan desempeñando", dijo Pompeo en una comparecencia ante la prensa para hablar de Venezuela, que el 11 de marzo vivía su cuarto día de apagón sin que las causas del desperfecto estén todavía claras.
El secretario de Estado se refirió a las sanciones impuestas más temprano por el Departamento del Tesoro de EEUU contra Venezuela, que incluyeron a un banco ruso Evrofinance Mosnarbank por estar supuestamente vinculado a la petrolera estatal venezolana PDVSA.
"PDVSA es un cajero automático personal para el régimen de Maduro (…) Hoy mismo, Estados Unidos sancionó a un banco con sede en Rusia que intenta eludir las sanciones que EEUU impuso a PDVSA", dijo Pompeo.
El secretario de Estado criticó que la empresa rusa Rosneft adquiera crudo a PDVSA, pese a las sanciones adoptadas por Washington.
EEUU impuso de manera unilateral en enero penalizaciones a PDVSA que implicaron el congelamiento de unos 7.000 millones de dólares de activos y la confiscación de los pagos que empresas de EEUU hagan cuando adquieren crudo venezolano.
El secretario de Estado se refirió asimismo a los problemas generados en el país sudamericano por el apagón que comenzó el 7 de marzo y que ha venido a agravar la crisis política y social.
"Los pacientes en los hospitales se están muriendo, los alimentos se están pudriendo, las comunicaciones están colapsando", dijo Pompeo.
EEUU endureció su presión contra el Gobierno de Nicolás Maduro desde que el 23 de enero el diputado opositor venezolano Juan Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" de la nación caribeña, apelando a un artículo de la Constitución que prevé la figura en caso de que exista un vacío de poder, pero no bajo el argumento de "usurpación del cargo", como alegó.
Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero tras unas elecciones que la oposición boicoteó, calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Guaidó fue reconocido de inmediato por los EEUU, a los que se sumaron unos 50 países, entre ellos España.
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Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otras naciones, siguen apoyando al Gobierno de Maduro.
México y Uruguay se negaron a reconocer a Guaidó, se declararon neutrales y propusieron un diálogo entre las partes para superar la crisis.