Pocos días antes de la conferencia entre Trump y el presidente filipino, Rodrigo Duterte, Manila elevó el nivel de alarma a 'crítico' debido a una serie de vídeos del ISIS (o Daesh, prohibido en Rusia y otros países) en los que la organización terrorista animaba a los lobos solitarios a atentar contra el líder estadounidense durante su visita al país. Un usuario de Twitter se sintió atraído por la llamada y publicó un tuit en el que aseguraba que iba a estar en Manila "al mismo tiempo que Trump", prometía "marcar un tanto" para el equipo y adjuntaba una fotografía de Lee Harvey Oswald, el presunto asesino del expresidente estadounidense John F. Kennedy.
El Servicio Secreto estadounidense le siguió la pista al sospechoso y trazó la ubicación de la computadora desde la que había enviado el tuit. Estaba a escasos kilómetros del hotel en el que Trump se iba a hospedar en la capital filipina. Con ayuda de la Policía de Manila, el Servicio Secreto rastreó la zona y arrestó al lobo solitario. La vida de Trump dejaba de pender de un hilo.
Peligro por partida doble
Los individuos que han aspirado a asesinar a algún presidente estadounidense han sido en su mayoría varones. Se cuelan entre ellos dos mujeres que intentaron asesinar al mismo presidente con escasas semanas de diferencia: a Gerald Ford en 1975.
Una vez cumplida la condena, Fromme fue puesta en libertad y el 5 de septiembre de 1975 se acercó hasta el Parque del Capitolio de Sacramento (California), donde el presidente Ford iba a dirigirse públicamente a la multitud allí congregada. Vestida de rojo y armada con un revólver Colt M1911 de calibre 45 con cuatro balas en su interior, la joven apuntó al líder republicano. Los servicios secretos consiguieron detenerla a tiempo. Mientras se la llevaban, logró repetir insistentemente a la prensa allí presente que la pistola "no se había disparado".
Durante el juicio, Fromme se negó a cooperar con su defensa y lanzó una manzana al fiscal después de que este recomendase castigar a la acusada duramente. La fruta le dio a la cara y sus gafas se cayeron. Fue condenada a cadena perpetua. Consiguió la condicional en 1985, pero se hizo efectiva en agosto de 2009.
Vídeo: atentado contra el presidente de Zimbabue
Sara Jane Moore, una activista política de izquierdas, volvería a atentar contra la vida de Ford, esta vez en San Francisco el 22 de septiembre de 1975. Cuando Ford salía de su hotel para saludar a la multitud, Moore —que estaba a unos 12 metros del presidente- disparó una vez con un revólver de calibre 38 que había comprado la mañana de aquel día. Falló el tiro y, cuando quiso disparar de nuevo, un exmarine la agarró de los brazos.
Obtuvo la condicional el 31 de diciembre de 2007 tras haber cumplido condena durante 32 años. Se desdijo entonces y aseguró "estar muy contenta" de no haber matado al presidente. Aseguró que había estado ciega por sus "opiniones políticas radicales".
Balas de fogueo para distraer
Ford perdió las elecciones por un escaso margen contra Jimmy Carter. El demócrata también fue víctima de una conspiración poco conocida para acabar con su vida el 5 de mayo de 1979 durante un discurso en Los Ángeles. Raymond Lee Harvey, un vagabundo natural del estado de Ohio con problemas mentales, fue arrestado por el Servicio Secreto del presidente por portar una pistola con balas de fogueo diez minutos antes de que Carter se dirigiera al público.
Durante el interrogatorio, el vagabundo aseguró ser parte de un comando de cuatro personas que había estado practicando en la azotea de un hotel la noche interior el tiro con balas de fogueo para ver el ruido que hacían. Poco después arrestaban a uno de los cuatro individuos, apodado Julio. El plan, explicaron, consistía en que Harvey distrajera a los presentes mientras los demás disparaban a Carter.