La erupción del volcán Kilauea entró en fase activa y se convirtió en un verdadero desastre para los habitantes de Hawái, la más grande de las islas del archipiélago homónimo. Según medios locales, las autoridades locales han evacuado a 1.700 personas, pero algunas se negaron a abandonar sus hogares, confiados en que lograrían esquivar el peligro.
Más: Autoridades de Hawái evacúan a miles de residentes por brotes de lava
No obstante, la lava ya llegó a la ciudad y comenzó a destruir edificios e infraestructuras —al menos cinco casas han sido arrasadas—. Los vulcanólogos apuntan a que los hawaianos que no se han visto afectados por la lava corren un gran peligro, ya que la concentración de óxido de azufre en la atmósfera podría alcanzar niveles peligrosos para la vida.