La decisión, tomada por la recomendación del secretario de Defensa, James Mattis, y expertos en este ámbito, se explica por "el riesgo considerable para la eficacia de los militares".
"Las normas establecidas por el secretario de Defensa estipulan que las personas con antecedentes o diagnóstico de disforia de género, individuos que pueden requerir un tratamiento médico sustancial, incluidos medicamentos y cirugía, son descalificadas del servicio militar", dice el texto.
Sin embargo, el documento señala que puede haber excepciones en "circunstancias limitadas".
"El secretario de Defensa y el secretario de Seguridad Nacional, respetando a la Guardia Costera de EEUU, pueden ejercer su autoridad para implementar cualquier norma apropiada sobre el servicio militar de individuos transgénero", añade.
El mandatario ordenó entonces que tal política se aplicase a partir del 1 de enero de 2018.
No obstante, en octubre de 2017 un juez federal de EEUU frenó la prohibición de Trump.
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Según diferentes estimaciones, en el Ejército estadounidense sirven entre 1.300 y 6.000 transgéneros.