"Lo que Rusia, Irán y Siria acaban de hacer es un escándalo humanitario, el único objetivo de nuestra presencia es deshacernos de Daesh e irnos a casa, no hay ningún otro motivo para que estemos allá y en general hemos cumplido nuestro objetivo" en Siria, dijo Trump en una rueda de prensa con el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull.
Según el Departamento de Estado norteamericano, unos 400 civiles murieron resultado de la ofensiva, de lo que Washington responsabilizó a Damasco, Moscú y Teherán.
Más tarde, la portavoz del ente diplomático estadounidense, Heather Nauert, afirmó que el proceso de Astaná sobre Siria acabó en un fracaso y tildó de una "farsa" las zonas de seguridad creadas por Irán y Rusia en Siria, sin mencionar a Turquía, otro cogarante del alto el fuego en el país árabe.
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En respuesta, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que la mayoría de los testimonios de las violaciones del derecho humanitario en Guta Oriental provienen de la organización Cascos Blancos, de dudosa credibilidad por haber presentado en numerosas ocasiones unas evidencias falsas que "más tarde fueron infladas para exacerbar la situación en el contexto de los esfuerzos para derrocar al Gobierno en Damasco".
También el Centro ruso para la reconciliación en Siria alertó de que en Guta Oriental se observa una situación humanitaria crítica y que los grupos armados no permiten que la población civil abandone las zonas bajo su control.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que las acusaciones de EEUU y la ONU contra Rusia con respecto a las muertes de la población civil en Guta Oriental carecen de fundamento y no están confirmadas por ninguna prueba concreta.
Peskov responsabilizó de la situación a los países que patrocinan a los terroristas que aún se encuentran en este suburbio damasceno y enfatizó que Rusia, Siria e Irán no apoyan a los radicales, en cambio combaten contra el terrorismo en territorio sirio.
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A día de hoy en Siria funcionan cuatro zonas de distensión: en la gobernación de Idlib y parte de la vecina Hama; al norte de la ciudad de Homs; en Guta Oriental; y en la gobernación de Deraa fronteriza con Jordania.
La creación de las zonas de seguridad fue acordada en Astaná en las negociaciones de los tres países cogarantes de la tregua en Siria: Irán, Rusia y Turquía.
