"El fuego continúa ardiendo activamente con tasas extremas de propagación", informó el Departamento de Protección contra los Incendios en California (CAL FIRE, por sus siglas en inglés), al tiempo que alertó que las llamas son impulsadas por los intensos vientos.
Alrededor de 15.000 edificaciones están en peligro y más de cien han sido dañadas, entre viviendas, comercios y edificios ante el incendio forestal Thomas, que tras cinco días activo está contenido en tan sólo un 10%.
Asimismo, dos nuevos focos se desataron el jueves 7 en el estado de California (oeste), ante lo cual el gobernador Jerry Brown declaró la emergencia para los condados de Santa Bárbara y San Diego, y pidió ayuda federal a la Casa Blanca.
Aunque los vientos no fueron tan intensos como se pronosticaba, aun así fueron claves en la propagación del fuego y dificultan el trabajo de personal de bomberos, indicó Tom Kruschke, vocero del Departamento de Bomberos del condado a la radio pública KPCC, que tiene a unos 2.500 efectivos trabajando en el área afectada.
Alrededor de 200.000 personas han sido evacuadas, en tanto que las autoridades han pedido a los residentes cercanos a las áreas afectadas que estén listos para una alerta de evacuación.
"Tienen que estar preparados como si estuvieran por ser afectados. ¿A dónde van a ir? ¿Cuáles son sus rutas de escape? ¿Cómo se comunicarán con sus familiares?", dijo el jefe de División de CAL FIRE, Nick Schuler, en conferencia de prensa.
Además, las escuelas de 16 distritos permanecían cerradas este viernes a causa del intenso humo y el peligro ante el avance del fuego.
De los seis focos activos, tres se ubican en el condado de Los Ángeles, al suroeste de California.
El llamado Rye Fire, desatado el martes al oeste del barrio de Valencia, está contenido en 35% sin que haya crecido durante la noche, informaron las autoridades, en tanto que el Creek Fire, también activo desde el martes, está contenido 40%.
Las autoridades han ordenado además la evacuación de más de 120.000 personas.
El tercer foco en el condado de Los Ángeles, llamado Skirball, generó desde el miércoles la evacuación de más de 700 viviendas. El Departamento de Emergencias de Los Ángeles indicó que para la noche del jueves 7 las familias de algunas áreas ya podían volver a sus hogares.
Cuatro personas, entre ellas un bombero, fueron hospitalizadas con inhalación de humo, según las autoridades, de acuerdo con Los Angeles Times.
Los últimos dos incendios son Lilac Fire, en el condado de San Diego y por el cual se han ordenado evacuaciones obligatorias, y el Liberty Fire, en el condado de Riverside, que está contenido 10%.
Los bomberos no sólo enfrentan el cansancio acumulado de varios días de trabajo continuo, cinco en total, sino también problemas por inhalación de humo e irritación en los ojos.
Equipos de asistencia y helicópteros de la Armada de Estados Unidos son enviados este viernes en la mañana para asistir la tarea de los bomberos contra el fuego, informó el jueves en la noche Schuler.
California enfrenta una de sus peores temporadas de incendios, debido a las condiciones climáticas adversas de vientos intensos del fenómeno meteorológico llamado Santa Ana y un nivel alto de sequedad en los pastizales.
En lo que va del año, más de 8.750 incendios han consumido más de 4000 kilómetros cuadrados, de acuerdo al recuento oficial del Departamento de Protección contra los Incendios de California.