Los manifestantes empezaron a concentrarse sobre las 17.00 hora local, la Policía protegió el edificio con camiones con arena y cercó un tramo de la acera en la Quinta Avenida para los participantes en el mitin.
No obstante, los turistas y los clientes de numerosas boutiques de la Quinta Avenida se abrían paso a duras penas entre la muchedumbre.
"Esta pesadilla debe terminar: el régimen de Trump y Pence (vicepresidente Mike Pence) debe marcharse", dicen las pancartas de los reunidos frente a Trump Tower.
Uno de los grupos organizadores de la acción RefuseRacism (Rechaza el racismo) considera que la Administración Trump se puede llamarla fascista porque, en primer lugar, permitió a los de extrema derecha salir organizadamente a las calles de Charlottesville (Virginia).
En segundo lugar, Trump advirtió a Corea del Norte que se enfrentará al "fuego y la furia" que el mundo jamás ha visto, con lo cual puso en peligro las vidas de millones de personas.
Las protestas en Nueva York comenzaron como respuesta a los sucesos en Charlottesville y la actitud del jefe de Estado.
Los choques provocaron al menos tres muertos —una persona falleció en la embestida de un vehículo y dos al estrellarse un helicóptero policial que vigilaba la situación— y más de 30 personas heridas.
Las autoridades de Virginia declararon el estado de emergencia y condenaron la violencia racista, Trump también la condenó pero evitó responsabilizar a los supremacistas blancos del caos desatado.
Esta reacción del presidente fue criticada tanto por los demócratas como por los republicanos.