El chofer, identificado como James Matthew Bradley, se encuentra bajo custodia y enfrentará la pena de muerte o la cadena perpetua, declararon los fiscales federales encargados del caso, informó el periódico mexicano La Jornada.
Entre los 10 muertos y los más de 20 lesionados ingresados en distintos hospitales del estado de Texas (sur), se encuentran varias personas de nacionalidad mexicana.
El camión, que según algunos sobrevivientes transportaba "más de 100" inmigrantes, no tenía aire acondicionado, mientras que la temperatura en San Antonio en aquel momento rondaba los 40 grados centígrados, por lo que la caja del camión se convirtió en un verdadero horno.
Al parecer, los inmigrantes montaron al camión tras cruzar a pie la frontera desde México.
Bradley declaró que el vehículo había sido vendido y que lo estaba trasladando de Iowa (centro) a Brownsville, en Texas, y aseguró desconocer que llevaba a personas en su interior hasta el momento en que estacionó.
En ese momento, quienes se encontraban mejor lograron salir y fueron recogidos por automóviles que habían llegado hasta el lugar con ese fin.
Los muertos y los más afectados fueron rescatados por la policía y los servicios de emergencia de San Antonio.