En total durante 2016 se recopiló información sobre 151 millones de llamadas en base a la orden del Tribunal Especial Secreto para la vigilancia de extranjeros (FISA).
Como resultado de estas pesquisas la NSA detectó solo a 42 sospechosos de terrorismo.
El informe asevera que durante 2016 lo servicios secretos solo revisaron los datos de un ciudadano estadounidense, que fueron "pescados" a consecuencia de una vigilancia no relacionada a objetivos de inteligencia.
Sin embargo, los servicios no especifican cuántos estadounidenses cayeron en las "redes" de escucha durante actividades de inteligencia.
La NSA recopilaba masivamente datos sobre las llamadas (hora, ubicación, duración, identidades) tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
En 2013 el excolaborador de la NSA Edward Snowden reveló amplios programas de escucha de llamadas, tras lo cual el Congreso aprobó una ley que limitaba las prerrogativas de la organización de almacenar y realizar búsquedas de información de ciudadanos estadounidenses.