La deportación de la señora García de Rayos, llevada a cabo la víspera, fue realizada en Phoenix, estado de Arizona, "a pesar de que se encontraba en libertad durante su proceso migratorio", denunció la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Las autoridades mexicanas alertaron de "posibles violaciones a preceptos constitucionales en operativos o faltas al debido proceso" en la campaña antiinmigrantes.
La trabajadora mexicana fue detenida el miércoles 8 de febrero por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE en inglés) en Phoenix "cuando se presentó en la oficina de esa agencia para cumplir con su orden anual de supervisión", indicó el reporte de la Cancillería.
El cónsul de México en Phoenix, en colaboración con el abogado de la señora García de Rayos, "brindó de inmediato la atención y protección consulares necesarias para garantizar su integridad y el respeto de sus derechos".
Sin embargo, esas acciones y las protestas de migrantes no impidieron que la madre fuera separada de sus hijos, que presenciaron la deportación, y el consulado trabajó entonces para supervisar "que su repatriación se realizara de forma digna y segura".
El Gobierno mexicano invitó a toda la comunidad mexicana "a tomar precauciones y a mantenerse en contacto con su consulado más cercano, para obtener la ayuda necesaria para enfrentar una situación de este tipo", puntualiza el mensaje de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El Gobierno de México instó a los mexicanos a que se familiaricen con los distintos escenarios que pueden enfrentar con base en sus derechos, y "conozcan los recursos legales a su disposición, elaboren un plan de emergencia y, en casos definitivos, tengan un retorno seguro a México".
Cualquier inmigrante indocumentado acusado de un delito, aunque no resulte procesado, puede ser deportado, según los decretos de Trump.