"La canciller estuvo conmocionada por el cruel ataque contra los feligreses en Quebec.., el pueblo y el Gobierno canadiense deben saber que en estas horas estamos con ellos", destacó.
Afirmó que aunque todavía no se sabe quién perpetró este crimen está claro que fue un acto de odio.
El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, condenó decisivamente el atentado en Canadá.
"El ataque fue dirigido contra el corazón de una nación conocida por su diversidad y tolerancia religiosa", dijo.
Destacó que Alemania y Canadá están comprometidos con la lucha contra el terrorismo pero sin perjudicar las libertades civiles.
"En estas horas duras estamos hombro a hombro con nuestros amigos y socios canadienses, nuestros pensamientos están con las familias de los fallecidos, deseo una recuperación rápida a los heridos", añadió.
Fallecieron al menos seis personas de 35 a 70 años de edad y otras ocho sufrieron heridas, entre las 40 que en aquel momento rezaban en el lugar.
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Según Radio Canada, los desconocidos en máscaras gritaron "Allah Akbar".
Dos sospechosos del atentado fueron detenidos y la policía considera de momento que no hubo otros atacantes.