"No se debe invitar [a Donald Trump] a realizar una visita oficial de Estado porque resultaría embarazosa para su Majestad la Reina", argumenta el texto de la misiva publicada en la web oficial del Parlamento británico.
Esta última campaña contra Trump se desató después de la publicación del decreto que veta la entrada a Estados Unidos a los nacidos en siete países de población eminentemente musulmana.
La petición tiene asegurada un debate parlamentario, dado que superó las 100.000 firmas.
Pero la campaña dificilmente tendrá éxito; durante la precampaña presidencial se realizó un intento similar de vetar la entrada de Trump al Reino Unido debido a sus polémicos comentarios sobre los musulmanes, con nulos resultados.
La visita de Trump a Inglaterra y Escocia podría coincidir con el periodo de tres meses que cubre el decreto contra migrantes, refugiados o viajeros de Irán, Iraq, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
Personalidades británicas —desde el olímpico Mo Farah, de origen somalí, hasta el diputado conservador Nadhim Zahawi, nacido en Irak— denunciaron que la prohibición de entrar en EEUU les afecta personalmente.
Esta y otras denuncias públicas han contribuido a la rectificación de última hora del Gobierno de Theresa May.
La primera ministra rehusó criticar el veto durante su estancia en Turquía el 28 de enero, pero este domingo ordenó a sus ministros de Exteriores e Interior que consulten la situación con sus homólogos estadounidense.
🎥Director de la #CIA advierte a #Trump que tenga cuidado con lo que dice https://t.co/oEc1hOR6W4 pic.twitter.com/MN0QtljzE4
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 15 января 2017 г.
El decreto para "Proteger a la nación de la entrada de terroristas extranjeros a EEUU" (Protecting the Nation From Foreign Terrorist Entry Into the United States, en inglés), firmado por el presidente Donald Trump el 27 de enero de 2017, ha "caído como un baño de agua fría" en la hasta ahora percibida visita triunfante de May a la Casa Blanca, según coinciden los medios británicos.