La carta está dirigida al embajador de Brasil en Washington, Sergio Amaral, y pide a las autoridades brasileñas que protejan los derechos de los manifestantes, líderes de movimientos sociales y líderes de la oposición, como Lula.
"Estamos especialmente preocupados con la persecución al expresidente Lula da Silva, que viola las normas de tratados internacionales que garantizan el derecho a la defensa para todos los individuos", dicen los diputados.
Citan explícitamente al juez Moro, del que critican sus acciones "parciales y arbitrarias" y ponen como ejemplo la detención momentánea de Lula en marzo de 2016 para obligarle a declarar.
"Sólo servía de intimidación, ya que no había indicios de que el expresidente no quisiese declarar ante la Justicia", lamenta.
"En los últimos meses ha sido objeto de una campaña de calumnias y acusaciones no comprobadas de corrupción por los grandes medios de comunicación privados alineados con las élites del país", advierten los parlamentarios.
En la carta relacionan esta campaña con el hecho de que Lula sigue siendo una de las figuras políticas más populares de Brasil y que es visto como una "seria amenaza en las urnas" por sus rivales políticos.
También aprovechan para criticar al presidente Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), por "proteger a figuras políticas corruptas" y por imponer unas políticas que nunca hubieran sido apoyadas en las elecciones.
La misiva, encabezada por la firma del diputado demócrata John Conyers, también tiene el respaldo de asociaciones y sindicatos norteamericanos, como el AFL-CIO, uno de los más importantes, con más de 12 millones de afiliados.
Lula responde ante varios procesos por sospechas de corrupción en el marco de la Operación Lava Jato, pero por el momento no hay ninguna condena en firme y el expresidente ya ha manifestado su voluntad de presentarse como candidato del PT a las elecciones de 2018.
