La Justicia de Ottawa interrogó este 28 de noviembre a Leston Lawrence, un empleado de la Casa de Moneda de Canadá. El hombre se encargaba de purificar el oro que recibía la fábrica a partir de otras piezas metálicas. En total, se demostró que robó al menos 22 piezas del preciado metal.
El acusado trabajó desde 2008 hasta 2015 en la Casa de Moneda canadiense. Para sacar el oro, Lawrence introducía las ‘pepitas' en su recto, informó la emisora canadiense CBC.
En la audiencia del 28 supuestamente se iba a dictar sentencia, pero la corte decidió aplazarla. El motivo de tal decisión es el esfuerzo que Lawrence dijo estar haciendo para devolver los 165.000 dólares canadienses —123.000 dólares estadounidenses— en los que estaba valorado el material hurtado.
El tribunal fijó una nueva instancia para el 19 de diciembre, en la que evaluará los esfuerzos del exempleado de la fábrica para restituir el botín. Se espera que se dicte sentencia a mediados de enero.
Con la insólita maniobra, Lawrence escapaba de los controles de los detectores de metales. Al caminar a través del detector y sonar, era sometido a un control con detectores manuales. Sin embargo éstos no son lo suficientemente potentes como para detectar la presencia de metales en las cavidades del cuerpo.
Tras una investigación, las autoridades pudieron comprobar que el hombre iba con frecuencia a casas de venta de oro. Luego, blanqueaba el dinero obtenido de manera ilícita a través de depósitos y giros bancarios.
En su casillero de vestuario, se encontraron guantes y vaselina, que se supone servía para hacer el robo más fácil.