Al salir del local, el hombre vio que el adolescente le estaba esperando en la calle y que se dirigía hacia él. Pulliam entonces sacó su revólver y disparó dos veces al abdomen de Means. Tras este incidente, el joven fue trasladado a un hospital donde murió a raíz de las heridas recibidas.
Fuentes dentro de la Policía afirmaron que, durante su interrogatorio, Pulliam no se arrepintió del crimen cometido puesto que dijo que "A mi modo de ver, es otra basura menos en las calles".
De acuerdo con los servicios de seguridad, William Pulliam no tenía derecho legal a portar armas, puesto que se lo prohibieron después de que en 2013 agrediera a su hija embarazada, al propinarle un puñetazo y una patada en el vientre. En aquel entonces, el agresor permaneció en la cárcel durante seis días y fue puesto en libertad condicional por un año.
Pulliam es acusado de asesinato. Tras conocer que no podrá salir en libertad condicional por el momento, el hombre se lamentó por la posibilidad de perder su empleo y declaró una huelga de hambre.