Michelle Rempel, miembro de la Cámara de los Comunes de Canadá por la provincia de Alberta, pidió la palabra en medio de un acalorado debate parlamentario. Las palabras de la integrante del Partido Conservador tenían como fin poner en cuestión la política de empleo en su región de origen.
"¿Por qué el Gobierno trata a Alberta como un pedo en la habitación? ¿Nadie quiere hablar al respecto o reconocerlo?", denunció la conservadora, según informa la BBC.
"Le oí decir una palabra que claramente no es parlamentaria, y creo que ella podría retirarla", le respondió Elizabeth May, líder del Partido Verde en el Parlamento federal.
Lejos de retractarse, Rempel volvió a pronunciar la palabra, aunque esta vez letra por letra: "La palabra era p-e-d-o". La conservadora no escondió su indignación a que la crítica fuera sobre la forma y no sobre el sentido de sus palabras.
"¿Mi colega está hablando realmente en serio? Acabo de dar un apasionado discurso sobre apoyar el empleo de Alberta, ¿y eso es lo que la líder de un partido político tiene que decir? No, no lo retiro", sentenció.
En Canadá, una democracia parlamentaria al estilo Westminster, los debates en los Parlamentos provinciales y en el federal tienen una importancia fundamental en el quehacer político. De ahí que el lenguaje y los modos parlamentarios estén sometidos a reglas tanto escritas como consuetudinarias.
La BBC indica que en el país norteamericano existe un libro, titulado 'Reglas y formas parlamentarias', que prohíbe incluir palabras como "demagogo, trasero pomposo, ignorante, injurioso, animal enfermo" y, por supuesto, "pedo".