"No tenemos cañones de agua; no sé de dónde viene el término de cañones de agua, estas son mangueras de los camiones de bomberos que fueron llamados porque había varios incendios", dijo el sheriff (jefe de policía) de Morton, Kyle Kirchmeier, en una conferencia de prensa transmitida en la página de Facebook del condado.
"Como resultado, algo del agua se usó para ahuyentar las actividades de protesta que estaban ocurriendo cuando (los manifestantes) se mostraban agresivos, y cuando eso no pasaba, el agua se usaba como llovizna; pero quisimos usarla como medida para mantener a todo el mundo seguro", añadió.
Según comunicado del campamento de la protesta Sacred Stones, los choques comenzaron cuando los manifestantes intentaron quitar con un semirremolque vehículos militares quemados que la policía había encadenado a las barreras de hormigón hace unas semanas, bloqueando el tráfico en la carretera 1806.
"Debido al bloqueo de la policía, las ambulancias ahora tienen 30 minutos más para llegar al hospital; ésos son números de la vida y de la muerte y el condado de Morton y el estado de Dakota del Norte serán responsables de lo que pase", aseguró el activista Dallas Goldtooth, de la Red de Indígenas por el Ambiente.
Los esfuerzos de los manifestantes para despejar la carretera y permitir el acceso al campamento para los servicios de emergencia fueron reprimidos también con gases lacrimógenos, el uso de un dispositivo acústico de largo alcance, granadas de aguijón y balas de goma.
La policía también derribó tres drones de medios de comunicación y apuntó a periodistas con rondas de agua de menos presión.
Observadores de la Asociación Nacional de Abogados confirmaron que varias personas se desmayaron y sangraban después de recibir disparos en la cabeza con balas de goma.
Un anciano sufrió un paro cardiaco, pero los médicos lograron resucitarlo.
"Los médicos y sanadores tribales piden el cese inmediato del uso de cañones de agua contra las personas que están al aire libre a tres grados y sin medios para calentarse", declararon médicos de la reserva indígena de Standing Rock y del Healer Council.
Las protestas y los choques con las autoridades por la construcción del oleoducto de 1.875 kilómetros de longitud llevan meses y han ganado intensidad en las últimas semanas.
Activistas de todo el país y del exterior se han sumado a los nativos de la reserva Standing Rock contra el proyecto de más de 3.000 millones de dólares.
El oleoducto transportará 470.000 barriles diarios de petróleo desde Dakota del Norte hasta el estado de Illinois (noreste).
El tendido ha destruido lugares sagrados para los indígenas y amenazado los cursos de agua de su territorio, mientras está pendiente una habilitación para que la empresa pueda construir debajo del lecho del río Missouri, a menos de 1,5 kilómetros de los límites de la reserva indígena.
La comunidad de Standing Rock está protestando desde el mes de abril.
