La semana pasada, el primer ministro ruso visitó el centro de investigación Volcani Center, en Israel, donde recibió de manos del ministro hebreo Uri Ariel un helicóptero no tripulado valorado en más de 51.900 dólares.
Este gesto ha provocado fuertes críticas en Israel, ya que para la creación de este dron civil han sido utilizadas avanzadas tecnologías muy sensibles de EEUU, que pueden también usarse con fines militares.
Posteriormente, se filtró a la prensa que antes de que el ministro israelí diera su regalo a Medvédev, los empleados del centro de investigación le habían quitado todos los componentes tecnológicos de origen estadounidense como los mandos y la cámara infrarroja.
Sin estos avanzados componentes, el dron se convierte en un "juguete inútil", según han informado algunos medios.