Reno murió en su casa en el condado de Miami-Dade, Florida (sureste), por complicaciones derivadas de la enfermedad de Parkinson que la afectaba.
Como fiscal general Reno estuvo en el epicentro de varias tormentas políticas durante la administración Clinton.
Una de las más conocidas fue cuando dirigentes del Partido Republicano la acusaron de proteger al presidente Clinton y al vicepresidente Al Gore, por negarse a que un abogado independiente investigara las irregularidades sobre la recaudación de fondos en la Casa Blanca durante la reelección del ticket presidencial.
Reno fue protagonista además del caso que involucró al niño cubano Elián González, quien fuera llevado ilegalmente por su madre a Estados Unidos en 1999 y que fuera finalmente devuelto a Cuba un año después.