La Division of Wild Horses and Burros Directory —dependiente del Departamento de Interior de EEUU— es el organismo que ha decidido adoptar esta drástica medida que prevé que los animales que no puedan ser vendidos "deberán ser destruidos de la manera más humana posible".
Las autoridades afirman que intentaron suministrar métodos anticonceptivos entre los equinos para controlar la población, pero que estos no fueron "prácticos", según el medio.
El Congreso de EEUU tendrá que dar su visto bueno antes de que se aplique definitivamente la medida que pretende dejar los pastos libres para los rebaños de los ganaderos estadounidenses.
Sin embargo, las reacciones no se han hecho esperar y ya hay una petición en la plataforma change.org para que el Congreso se pronuncie en contra de la matanza. En el momento de la redacción de este artículo, la solicitud había sido firmada por más de 70.000 personas.