Las cualidades de la seda de araña no dejan de sorprender a los científicos —es cinco veces más fuerte que el acero del mismo diámetro, resistente al agua y se puede estirar hasta un 40% sin romperse—.
Sin embargo, su producción en masa no es una tarea fácil, debido a que las arañas tienen comportamientos caníbales y no se mezclan amigablemente unas con otras. Estas son las razones por las que la empresa Kraig Biocraft está tratando de insertar ADN de arañas en gusanos de seda. La idea es comprobar si podrían producir algo parecido.
Así, el objetivo principal del desarrollo de la seda dragón es sustituir al kevlar, material que limita mucho los movimientos de las tropas norteamericanas. Por su parte, la seda dragón confiere un mayor rango de movimiento y posibilita el diseño de un traje militar que cubra no solo el torso, sino también las extremidades, informa el medio.
El contrato firmado tiene un monto de 100.000 dólares, pero, en caso de que la compañía logre crear prototipos que convengan a los militares, el Pentágono podría aprobar un presupuesto de 900.000 dólares más.