Para desahacerse de sus víctimas, los delincuentes quemaban sus cuerpos, los disolvían en tanques llenos de ácido y arrojaban los restos a un río ubicado a 32 kilómetros del centro penitenciario.
La investigación también reveló que los líderes del Cártel de los Zetas vestían el uniforme perteneciente a las fuerzas de seguridad de Piedras Negras. De hecho, utilizaban también coches oficiales asignados a la institución. De momento, se está tratando de esclarecer en qué medida colaboraron los funcionarios de la penitenciaría en los homicidios y en su ocultamiento.
Además, los fiscales locales emitieron órdenes de detención de cuatro personas más, que podrían estar involucradas en los crímenes ocurridos en Piedras Negras.
Hoy en día, la cárcel está cerrada a raíz de una fuga masiva de presos que se produjo en septiembre de 2012.
El Cártel de los Zetas es una de las organizaciones de narcotraficantes más grandes y activas de México. Sus miembros operan en más de 17 estados del país centroamericano, y también en Texas (EEUU).