El artículo recoge las declaraciones de Robert Work, secretario de Defensa Adjunto de EEUU, quien asegura que el presupuesto del país norteamericano no es lo suficientemente flexible para cubrir el costo que implicaría reemplazar 'ipso facto' los motores rusos por aceleradores hechos en EEUU, que a pesar de ser manufacturados en ese país, tendrían un precio más elevado.
El gasto extra sería de entre 1.500 y 5.000 millones de dólares en seis años, lo que haría más difícil la ejecución de otras importantes inversiones nacionales en materia de seguridad y supondría, sin quererlo, "retrasar nuestra habilidad para desarrollar un sistema de propulsión doméstico", añadió Work.Además, de no ser posible la compra de motores RD-180 por parte de las empresas que trabajan para el Pentágono, el lanzamiento de varios satélites de gran importancia para el Departamento de Defensa se podría retrasar varios años. Uno de los proyectos afectados sería el lanzamiento de los cohetes Atlas V de la compañía United Launch Alliance (ULA), que funciona con motores RD-180.
"No está claro si ULA tendría los fondos suficientes para continuar invirtiendo en ese proyecto", o incluso si tendría los medios necesarios para "seguir en el negocio", aseguró el secretario de Defensa Adjunto.
En 2014, tras las sanciones a Rusia, el Congreso de EEUU le pidió al Pentágono encontrar para 2019 una alternativa a los motores del país eslavo.
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