"Esto no ha terminado, y la oposición a Shell de millones de personas alrededor del mundo nos ha mostrado que el futuro son las fuentes limpias de energía, y que Shell y otras compañías de combustibles fósiles son el pasado", dijo Sharp.
Para la activista, "la lucha no termina con el permiso temporal para perforar, pues Shell busca aprovechar este verano para llevar a cabo más perforaciones el año que viene, por lo que es absolutamente necesario mantener la presión".
Sharp aseveró que "la gente en todo el mundo ya está viendo los efectos del cambio climático, desde "supertormentas" a sequías e inundaciones".
Existe una opinión científica consensuada acerca de que "extraer petróleo en el Ártico agravará el problema, por lo que resulta imperativo que la gente con coraje se alce frente a empresas como Shell", insistió la ecologista.
Las condiciones de la región ártica harían muy difícil una intervención en caso de derrame, mientras un informe del Gobierno de EEUU estimó en 75 por ciento las posibilidades que tenga lugar un accidente.
"Todo el mundo sabe que Shell no podrá buscar petróleo en el Ártico sin provocar un gran desastre, y no hace falta más que mirar el historial de la propia empresa para saber que no está preparada para perforar de forma segura en el Ártico", opinó Sharp.
En realidad, Shell ya perforó durante dos semanas el lugar, situado 112,6 kilómetros de la costa noroccidental de Alaska. Pero las autoridades le habían ordenado detenerse cuando alcanzó una profundidad de casi 915 metros porque no estaba cerca un equipamiento de emergencia necesario para hacer frente a un posible accidente.
Los equipos llegaron al lugar la semana pasada en un rompehielos de la compañía y eso habilitó la luz verde oficial a la continuación de las perforaciones.