En su panegírico, en el que definió al pastor metodista y senador por Carolina del Sur como "un ejemplo" y "un hombre de servicio", Obama llamó a reconsiderar la idea de "hombría" que da el porte de armas y cuestionó el uso de la bandera confederada en edificios públicos.
"Por mucho tiempo estuvimos ciegos al dolor que provocaba la bandera confederada a muchos de nuestros ciudadanos. Es verdad que la bandera no causó estos asesinatos, pero personas de todos los sectores, republicanos y demócratas, reconocen ahora (…) que siempre representó más que orgullo ancestral", sostuvo.
"Para muchos, negros y blancos, esa bandera era símbolo de la opresión sistémica y segregación racial. Ahora lo vemos. Sacar la bandera de la capital de este estado no es un acto de corrección política ni de ofensa a los soldados confederados, sino un reconocimiento de que la causa por la que luchaban, la esclavitud, estaba mal", añadió el mandatario.
Miles de personas asistieron este viernes al anfiteatro del College of Charleston para el funeral de Pinckney, uno de los nueve afroamericanos asesinados a tiros el 17 de este mes por Dylann Storm Roof, de 21 años, en la Iglesia Metodista Episcopal Africana Emmanuel, en Charleston.
El presidente afirmó que Pinckney fue "un hombre fiel a sus ideales", que representó a "una de las zonas más marginadas de Estados Unidos", donde aún "las escuelas son inadecuadas y niños pasan hambre".
Obama condenó duramente el atentado en la congregación Emmanuel, señalando que "la iglesia siempre ha sido el centro de la vida afroamericana, un lugar para llamar a los nuestros en un mundo hostil, un santuario frente a tantas dificultades".