"En algún momento", ha dicho el presidente, "tendremos que reconocer que este tipo de violencia no se da, y desde luego no con esta frecuencia, en otros países desarrollados, y sería un error no reconocerlo".
Tenemos que afrontar, añadió Obama, que "alguien con la intención de hacer daño puede acceder a un arma, y tendremos que cambiar nuestra forma de pensar".
El lugar de este último crimen, la iglesia africana metodista episcopal Emanuel, la más antigua del sur, es un símbolo de la lucha de los afroamericanos contra las atrocidades cometidas en el sur de los EEUU. Fue fundada en 1816 y reconstruida tras un incendio ocurrido poco después de la ejecución de uno de sus fundadores, Denmark Vesey, acusado de promover una revuelta de esclavos.
"Esta iglesia", comentó Obama, "fue creada por afroamericanos que buscaban la libertad, quemada porque sus fundadores buscaban la libertad, allí hablaron algunos de nuestros líderes más valientes durante la lucha por los derechos civiles y es un sitio sagrado para la historia de América".
Hasta que las investigaciones no terminen no puedo comentar los detalles del caso, dijo, "pero sí de las emociones que un caso así provoca, y que gente inocente ha sido asesinada porque alguien quería hacer daño".