"Nuestro país tiene mucho potencial", exclamó flanqueado por cuatro banderas de EEUU en el edificio de la Quinta Avenida de Nueva York que lleva su nombre, "pero el mejor programa social es tener trabajo y seré el presidente que más trabajo cree, traeré de vuelta nuestros trabajos desde China, México, Japón, etc., y también nuestro dinero", afirmó el hombre cuya fundación ha donado 7 millones de dólares a la caridad en los últimos 20 años (frente a los casi 235 de Michael Bloomberg en 2008).
Refiriéndose a la deuda que EEUU ha contraído con países como China, Trump lamentó "lo estúpidos que son nuestros líderes, que han permitido que esto suceda".
Multimillonario (hoy mismo declaró un patrimonio de 9 mil millones de dólares), dueño de hoteles de lujo, campos de golf y casinos, patrocinador de la lucha libre, protagonista de un programa de telerrealidad en el que aspirantes a ejecutivos trataban de no hacerse acreedores de su famoso grito de guerra, "¡Estás despedido!", e icono del triunfo, la ostentación y el despilfarro, Trump, que se precia de viajar en un Boeing privado, coqueteó con la idea de ser presidente de EEUU durante años, y sólo ahora, tras décadas de postularse entre bambalinas, ha dado el paso.
"Parecemos un país del Tercer Mundo", proclamaba entre los entusiasmados gritos de sus acólitos, refiriéndose a unas infraestructuras públicas que, explicó, "necesitan reconstruirse".
Entre medias, y no está claro sin con su permiso, retumbaba Keep on Rockin' in the Free World, el himno de legendario rockero canadiense Neil Young, del que Trump, liberal con ramalazos iconoclastas, siempre se ha declarado devoto.
Durante su largo discurso Trump ha acusado a la clase política de estar controlada por los intereses creados, presa de las donaciones que reciben sus campañas, y está convencido de que "lamentablemente, el sueño americano está muerto", para después afirmar que "necesitamos a alguien que restituya la grandeza de América".
Casado tres veces, la primera con la atleta y modelo checa Ivana Marie Zelnicková, y padre de cinco hijos, el hombre que renovó el hotel Plaza y estuvo a punto de ser candidato en el año 2000 por el partido Reformista espera consolidar el 5% en intención de voto que le conceden los sondeos, a fin de participar en el debate que organiza la cadena de televisión Fox con los diez candidatos republicanos mejor posicionados en las encuestas.
