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Un carnaval de pandemia: Bolivia se ingenia para compensar las fiestas perdidas

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La difícil decisión de suspender los festejos de carnaval acentúa los aprietes económicos de varios sectores laborales. En Oruro cambiarán las danzas folklóricas por una misa vía Zoom. En Santa Cruz harán desfiles 'online', para reunir donaciones que ayuden a lidiar con el coronavirus.
Indudablemente, la fiesta más importante de Bolivia es el carnaval. No solo por el fervor religioso que manifiestan quienes participan de las comparsas, también por el inmenso movimiento económico que se genera en torno a los tres días de celebración, además de las semanas previas y posteriores. En este 2021, la segunda ola de contagios de coronavirus obligó a suspender los festejos. Así, miles de familias resignaron los ingresos que ganaban todos los años para esta época.
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El carnaval de Oruro fue declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en 2001. Es el más importante de Bolivia, y uno de los más grandes de América Latina.
En los últimos tres años, por cada edición pasaron más de 400.000 visitantes. Muchos de ellos acostumbraban permanecer algunos días más en esta región minera para hacer turismo. 
Cada año, los festejos de carnaval dejaban a este departamento 105 millones de pesos bolivianos (unos 15 millones de dólares). Así, la mayoría de los 500.000 habitantes de Oruro se beneficiaban económicamente de su masiva fiesta.
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En esas fechas "hay más movimiento acá y se generan recursos para la mayoría de las personas que vivimos en la ciudad", dijo a Sputnik Cinthia Apaza, quien baila en la Fraternidad de Morenada Mejillones. Para ella, la suspensión del carnaval "va a repercutir en la economía de todos. Desde la señora que pinta las uñas, hasta los maquilladores, los bordadores, que en esta época reciben los recursos para subsistir todo el año", incluso los buses que permanentemente llegan y salen con pasajeros de todo el país y del extranjero.
El pueblo orureño, que vive con intensidad su carnaval, pasará un fin de semana largo extraño, encerrado en sus hogares. Pero hubo que resignarse, porque "no hemos visto factible que se realicen festejos. Muchos fraternos han fallecido por COVID-19. Por ejemplo en mi fraternidad, que es la Morenada del Sindicato de Transporte Pesado Mejillones, muchos han muerto", lamentó Apaza. 
Y agregó: "Antes del anuncio de la suspensión, ya habíamos tomado la decisión de que no íbamos a participar de la entrada. Porque estamos de duelo, queremos acompañar a las familias de nuestros compañeros fallecidos".
Apaza, quien es psicopedagoga, dio algunas de las fotos que ilustran esta nota. Había una que le gustaba mucho, en la cual aparecía ella junto a varias bailarinas de la tercera edad de su fraternidad. Pero tres de esas señoras fallecieron en 2020 por coronavirus, así que prefirió conservar la imagen en privado.
Si bien no habrá baile, la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO) organiza una misa por Zoom para el 2 de febrero, dirigida a la Virgen del Socavón, que es la santa de los mineros. A ella se le formulan pedidos, se le realizan promesas y por ella se baila en cada febrero.
"La mayoría de las personas que bailan, lo hacen por devoción a la Virgen. La danza es netamente religiosa, es la representación de un sacrificio que se hace por un pedido, un favor", explicó Apaza. 

Significados del carnaval

El carnaval de Oruro representa la fusión de la cultura andina con el cristianismo. Ello se manifiesta en los personajes que son parte de sus danzas: ángeles, demonios, osos infernales y otras figuras que remiten a mitologías locales y europeas. Es la eterna pelea del bien contra el mal, que nunca se define y se repite en cada verano.
El otro carnaval más importante del país es el de Santa Cruz de la Sierra, que está desprovisto de la carga religiosa vigente en los Andes. En el oriente, de clima tropical, la consigna es celebrar la vida y la alegría —así como el amor por su departamento— consumiendo cerveza fría a raudales, jugando con agua y embelesándose en la contemplación de caravanas de bailarines con poca ropa y muchos brillos. 
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Tiene puntos en común con el carnaval brasileño, país con el cual Santa Cruz de la Sierra comparte frontera. Aquí ya habían decidido suspender los festejos a finales de 2020, mucho antes de que lo anunciaran los demás departamentos, con el aval del Gobierno nacional.
"Ya habíamos decidido suspenderlo. A nosotros nadie nos suspende el carnaval", dijo a Sputnik Carlos Arrien, presidente de la Asociación Cruceña de Comparsas Carnavaleras (ACCC). "En la asociación tenemos doctores y otra gente que entiende de este asunto. Así vimos que no era posible hacer un carnaval. Entonces dijimos: 'Si no vamos a hacer carnaval, por lo menos vamos a ayudar'", sostuvo.
"La ACCC siempre ha estado al lado de su pueblo. No solamente en este tiempo de pandemia, sino en tiempos de lucha, en tiempos en que Santa Cruz lo ha necesitado", afirmó Arrien. Con su propuesta de carnaval solidario, realizarán transmisiones online de desfiles en los cuales no participarían más de 20 bailarines. Con ello recaudarán donaciones para adquirir equipos de bioseguridad destinados a los hospitales del departamento.
"Hay que ser consciente de que no es momento de estar en Santa Cruz de carnaval. Es momento nomás de ayudar a la gente. Cada uno tiene que cuidarse, porque este es un enemigo que no se ve", explicó Arrien. Y repuso: "Habrán muchos años más de carnaval. Queremos que estén las familias completas para festejarlo".
Con el carnaval virtual también se generarán ingresos para trabajadores vinculados a la celebración. "Hemos tenido sectores muy golpeados en esta pandemia: los músicos, los actores, los ballets", dijo Arrien. Y pasó a explicar: "Vamos a hacer tres o cuatro eventos virtuales en unos sets muy bonitos, donde van a estar nuestras bandas, para ayudarlas económicamente y también para adquirir elementos de bioseguridad".
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Santa Cruz, con dos millones de habitantes, es el departamento más afectado por la segunda ola de contagios. Es donde se registran la mitad de los 2.000 casos diarios, en promedio, de todo el país. Arrien consideró que "desde hace mucho que no tenemos un buen sistema de salud en Santa Cruz. Creo que nuestras autoridades están haciendo lo que se puede, pero la consciencia que debe tener el ciudadano va a hacer que esa curva de contagios baje".
Según los últimos datos del Ministerio de Salud, desde marzo de 2020 se contabilizaron en el país más de 180.000 contagios, con más de 9.500 fallecimientos por COVID-19.
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