En la rueda de prensa de presentación del plan nacional de inmunización, el ministro afirmó que "no habrá ninguna diferencia" (entre vacunas): "Todas las vacunas producidas en Brasil, por el Instituto Butantan o por la Fundación Oswaldo Cruz, o por cualquier industria, tendrán prioridad en el SUS [el Sistema Único de Salud, la sanidad pública brasileña], eso está pacificado", adelantó.
"Vamos a levantar la cabeza, tengan fe, el pueblo brasileño tiene el mayor sistema de salud del mundo, el mayor programa de inmunización del mundo, somos los mayores fabricantes de vacunas de América Latina ¿Para qué esa ansiedad, esa angustia? Somos referencia en América Latina y estamos trabajando", expresó el ministro.
Por el momento, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el órgano regulador, no registró oficialmente ninguna vacuna, aunque recientemente informó que en caso de que algún laboratorio solicite el uso de emergencia de alguna vacuna podría dar una respuesta en un plazo de diez días.
Posible inicio de la vacunación
Además, dijo que Brasil podría empezar las campañas masivas de vacunación contra el COVID-19 a mediados de febrero.
"Si conseguimos presentar la fase 3 de los estudios ahora en diciembre y se solicita el registro a la Anvisa tendremos enero para que Anvisa lo analice y posiblemente a mediados de febrero en adelante tendremos las vacunas registradas para iniciar el plan de inmunización", expresó.
Las dos vacunas más adelantadas de entre las que se están testando en Brasil son:
- la desarrollada por el laboratorio chino Sinovac (conocida como Coronavac)
- la impulsada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca.
Las dos están en la fase 3 de los test pero aún no entregaron los resultados a la Anvisa (los que prueban la eficacia de la vacuna) paso decisivo para que la vacuna pueda registrarse oficialmente.
El ministro explicó, no obstante, que cualquier laboratorio puede pedir el registro en uso de emergencia; en ese caso se podría empezar a vacunar antes, pero a grupos restringidos de población que deberían firmar antes un término de responsabilidad.
En los últimos meses, el presidente Jair Bolsonaro expresó sus reticencias hacia la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, que se está testando en Brasil en colaboración con el Instituto Butantan de Sao Paulo, que ya empezó a recibir dosis y producir sus propias vacunas con insumos llegados de China.
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