La jefa de la Policía Civil, Nadine Anflor, explicó en declaraciones a la cadena Globonews que son "seis acusados por homicidio; tres personas que la prensa ya tenía conocimiento, que ya están detenidas, y otras tres, que al finalizar el informe han sido acusadas".
Los tres que ya estaban detenidos son los dos vigilantes de seguridad, autores de la agresión, y la trabajadora de Carrefour que realizó la grabación de la paliza en video y que según la Policía tenía poder de comando sobre los demás trabajadores, por lo que podría haber evitado la muerte.
Según la Policía, a partir de las pruebas recopiladas, es posible identificar que hubo una exageración en las agresiones impuestas a la víctima, que murió por asfixia.
Una de las comisarias responsables del caso, Roberta Bertoldo, añadió que el "racismo estructural, las concepciones arraigadas en la sociedad" fueron "fundamentales" para determinar la conducta de esas personas en ese momento.
"Entendemos que otra persona, estando en ese momento, en ese lugar, podría haber recibido un trato diferente", subrayó, a pesar de que los acusados no responderán por un crimen de injuria racial, tal como había pedido la familia de la víctima.
El asesinato de Silveira Freitas, con muchos paralelismos con el de George Floyd en EEUU, provocó una fuerte polémica en el país y acusaciones de racismo y protestas ante diversas sedes de Carrefour.
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