Armando Prado, presidente de esa organización, anticipó que al menos 50% de esos casos podrían resultar en conflictos por inconformidad en las herencias que llegarán a los tribunales en los próximos meses.
"Si los beneficiarios no llegan a ponerse de acuerdo, va a haber controversia y van a caer en tribunales, que están saturados por obvias razones, porque no han podido atender casos por la pandemia. Se ha incrementado el trabajo y el que se venga un cúmulo de trabajo inesperado va a ser caótico", indicó en una entrevista.
Aunque el Colegio de Notarios de la Ciudad de México anunció recientemente que las solicitudes para trámites de testamento subieron hasta 60% en comparación con 2019, se calcula que en todo el país solo una de cada 20 personas realiza esta tarea.
En el mismo sentido, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) reveló que una de cada tres personas fallecidas por COVID-19 contaban con un seguro de vida. Según el director de la AMIS, Recaredo Arias, al 16 de noviembre, el número acumulado de casos por indemnización sumó 29.028, por un monto aproximado de 6.333 millones de pesos (315 millones de dólares), con un monto promedio de 218.187 pesos (10.860 dólares) de compensación.
"Poco más de 29% de los casos de personas que han fallecido tienen un seguro. Hemos tenido una cobertura importante, el seguro ha podido ser un instrumento muy importante para indemnizar a los familiares", explicó a Milenio.
México superó la cifra de los 100.000 decesos por COVID-19, convirtiéndose en el cuarto país del mundo en rebasar esa cantidad, después de Estados Unidos, Brasil e India. Hasta el 19 de noviembre, 766.361 pacientes se han recuperado de esta enfermedad satisfactoriamente.